sábado, 23 de mayo de 2009

Grandes compañias, grandes trampas.

Una de las grandes compañías internacionales de música, Sony Music, se acoplo con empresa alemana BMG -del mismo rubro- y crearon un sistema anti copia aplicable a los cd y dvd, el mismo se basada en un programa que infectaba el cerebro de la maquina al introducir el producto en la computadora. De esta manera, se limitaba sobre el número de copias que podía realizar el usuario al producto adquirido.

La transnacional convoco a su grupo de abogados e ingenieros para diseñar el dispositivo con el fin de controlar la copia “ilegal” que los consumidores hacen cotidianamente como práctica habitual. A través de esta medida tecnológica la empresa delego ciertas funciones reguladoras sobre la distribución indiscriminada del material fuera del sistema.

Esta ultima medida se convierte en una invasión a la propiedad privada ya que se entromete con los bienes materiales del usuario y su libertad de uso del producto.

Además, este código secreto de programación no amigable para las CPU hogareñas produjo una invasión de virus perjudicando a sus propios consumidores. No solo los daños materiales afectaron a los usuarios sino que también a través de esta medida se vio truncada la libertad de los consumidores de un producto que todos tenemos.

Hecha la ley, hecha la trampa. Los usuarios descubrieron como burlar el sistema anti copia fracasando el invento revolucionario de la corporación.

Entonces, hasta que punto las normas de una empresa transnacional tiene la libertad de enarbolar la bandera de “derecho de autor” salvaguardando su bolsillo aplicando una medida tecnológica abusiva. Como punto fundamental y mas importante la empresa se apropia y privatiza los bienes intelectuales de sus creadores como obras intelectuales.